Título original: Cooties
Año: 2015
Nacionalidad: EEUU
Duración: 85 min.
Género: Comedia, Terror
Director: Cary Murnion y Jonathan Milott
Guión:Ian Brennan y Leigh Whannell
Reparto: Elijah Wood, Rainn Wilson, Alison Pill, Jack Brayer, Leigh Whannell, Nasim Pedrad, Ian Brennan, Jorge Garcia, Cooper Roth, Miles Eliot, Morgan Lily, Suny May, Armani Jackson, Peter Kwong y Matt Jones
Sinopsis
Un misterioso virus ataca a los alumnos de una escuela aislada transformándoles de preadolescentes a salvajes; el menos esperado de todos ellos deberá liderar a los profesores en la lucha por sobrevivir.
Valoración
Lo mejor: la dosis de humor, irregularmente plasmada a raíz de ácidos e ingeniosos comentarios, logra satisfacer merced a unos acentuados personajes que encarnan las más variadas y típicas personalidades que en cualquier centro educativo confluyen; el simpático elenco de actores, encabezado por un Elijah Wood versátil como el sustituto recién llegado que trata de impresionar y un Leigh Whannell que, en segundo plano, vuelve a aparecer en pantalla como el profesor de ideas descabelladas al que nadie respeta con gran acierto tras sus intervenciones en la franquicia Insidious, reservándose de hecho él mismo el pequeño papel que interpreta desde la propia elaboración del guión urdido a cuatro manos junto a Ian Brennan, conocido por hacer lo propio con la mayoría de episodios de la exitosa serie televisiva Glee, ameniza en gran medida la velada; el maquillaje de los estudiantes de la escuela de verano que se ve infestada por la pandemia de origen alimenticio, concretamente los nuggets de pollo que se sirven en el comedor, alcanzan una calidad mayúscula, en especial en los compases finales en plena oscuridad.
Lo peor: la temática que aúna no muertos y comedia comienza a resultar trillada, prácticamente inservible a excepción de salvedades como la magnífica Zombies party más allá de ofrecer unos pocos minutos de banal entretenimiento y aunque las pretensiones, como en el caso que ocupa, comúnmente no sean otras, sí serían recomendables; el devenir de la historia es más que predecible y, pese a ser un alegato intuitivo, la repetición de tesituras anteriormente observadas en otras cintas de semejante índole dilapida cualquier atisbo de sorpresa; el ritmo de la película transita entre lo limítrofe y lo dinámico, sin llegar en ningún momento a hacer vibrar al espectador como podría, y de hecho debiera, exigirse a juzgar por la premisa de la cual parte, ya que entusiasma.