Título original: Little evil Año: 2017 Nacionalidad: EEUU Duración: 89 min. Género: Comedia, Terror Director: Eli Craig Guión: Eli Craig Reparto: Adam Scott, Evangeline Lilly, Bridget Everett, Clancy Brown, Tyler Labine, Donald Faison, Chris Delia, Kyle Bornheimer, Anita Farmer, Kim Evans, Brad Williamsson, Sasha Craig y Brian Wolfman
Sinopsis
Un joven que acaba de casarse con la mujer de sus sueños descubre que su hijastro de apenas seis años de edad podría ser el anticristo...
Valoración
Lo mejor: la excelente parodia, al más puro estilo Scary movie (en una versión más oscura y macabra), de la clásica película de terror sobre infantes diabólicos, valiéndose de múltiples referencias cinéfilas como la absorbente televisión de Poltergeist, la salvadora leyenda de Los cazafantasmas y el destructor tornado de Twister, siendo las dos más recurridas La profecía (el implacable semblante, la insidiosa manipulación, el imparable columpio, la mugrienta gorra...) y El resplandor (la dúplica infantil, el inquietante títere, el interminable pasillo, el inverso mensaje...) aunque el empleo de la cámara beba directamente de Zombies party (los inconfundibles planos cortos y fugaces son inconfundibles); el grupo de padrastros y, sobre todo, sus conversaciones sobre los traumas diarios que padecen a la hora de ejercer como tal provocará que más de uno, de buen seguro, se sienta muy identificado por la cotidianeidad de lo comentado; la naturalidad con la que Adam Scott encarna a un personaje sin apenas alma, entregado a la que considera una diosa y sometido al diablo (no precisamente en sentido figurado) que la misma tiene por hijo, logrando que el espectador sienta una gran empatía por él y sintonice, por ello, con una historia cuyo contenido es más bien intrascendental y pésimo.
Lo peor: el tema de las sectas resulta un cliché tan trillado que, sin duda, se antoja suprimible y perjudica seriamente al resultado final de la cinta, repercutiendo severamente en su calidad hasta el punto de situarla en un nivel muy por debajo del que podría haber ocupado; el prometedor crucero por el mar del humor termina naufragando entre tanta inutilidad, empezando interesante y acabando redundante y, lo que es peor, muy tediosa de visionar al sucederse escenas a cada cual más lamentable; la pésima convergencia del filme, a partir del ecuador, para pasar de Tucker & Dale vs Evil (inolvidable e imprescindible cinta, por cierto, firmada por el mismo director que esta) a Este chico es un demonio, un inesperado cambio narrativo que decepcionará a muchos.